Tétanos

Si bien muchos microbios necesitan el oxígeno del aire para desarrollarse, hay otros que crecen en ausencia de oxígeno: son las bacterias anaerobias. Entre estas se encuentran dos que son muy peligrosas: el bacilo tetánico y el del botulismo. Aquí nos ocuparemos del bacilo del tétanos.

La causa del tétanos

El trastorno está causado por una toxina elaborada por el Clostridium tetani (el bacilo del tétanos). Esta toxina penetra en el sistema nervioso central llevada por la sangre o por los nervios motores. Una vez fijada, la toxina no puede ser neutralizada. El bacilo tiene la capacidad de formar esporas, muy resistentes y que pueden resistir los medios normales de esterilización (p. ej. el agua hirviente). Estas esporas pueden durar años y se encuentran en la tierra y en heces de animales.

Cómo se contrae el tétanos

Heridas incluso muy pequeñas provocadas por objetos contaminados (p. ej. clavos oxidados), quemaduras o mordeduras de animales, pueden ser la puerta de entrada. El período de incubación va desde dos hasta cincuenta días, es decir que una herida aparentemente cicatrizada puede estar incubando el tétanos.

Los síntomas del tétanos

Lo que se observa más frecuentemente es la rigidez del maxilar inferior y siempre debe pensarse que es causada por tétanos hasta que se pruebe lo contrario. También puede haber dificultad para tragar, inquietud, irritabilidad, faringitis, rigidez de la nuca, brazos o piernas, cefalea, fiebre, sensación de frío, convulsiones y espasmos de los músculos abdominales, del cuello y de la espalda. La rigidez torácica interfiere la respiración causando la asfixia.

Diagnóstico del tétanos

El antecedente de herida en un paciente con rigidez o espasmos musculares es sospechoso. Puede pasar inadvertida una herida pequeña. El pronóstico es peor cuando los síntomas progresan rápidamente, o el tratamiento se retrasa. Siempre que se produzca una herida sucia (trabajando en el jardín, con objetos en contacto con tierra o estiércol, u oxidados, pinchazos con espinas, astillas, clavos, etc.) debe pensarse en la posibilidad de que se contamine con el bacilo tetánico. Este desarrolla en un medio donde falte el oxígeno (el hierro que se oxida consume oxígeno) y si una herida se cierra con el bacilo dentro encuentra campo propicio para multiplicarse. (Por eso el tétanos puede sobrevenir muchos días después de que haya cicatrizado la herida).

Tratamiento y profilaxia del tétanos

De inmediato hay que limpiar la herida con cuidado y desinfectar con agua oxigenada, especialmente en heridas punzantes profundas pues suciedad y falta de oxígeno facilitan la multiplicación del bacilo. Como en todos los casos, el mejor tratamiento es la prevención. La inmunización primaria contra el tétanos (vacuna) es superior a la administración de antitoxina (suero antitetánico) en el momento del accidente. Una persona no inmunizada debe recibir la antitoxina (para neutralizar la toxina tetánica), antibióticos (para destruir a los bacilos del tétanos), y eventualmente medicamentos para tratar los espasmos musculares y lograr sedación. Por eso ante la mordedura de un animal o una herida con las características antes mencionadas no debe dudarse en consultar a un médico. En un paciente previamente inmunizado la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna logra un nivel de anticuerpo protector; esta dosis estimulante no es necesaria si el paciente ha recibido una inyección de refuerzo dentro de los últimos cinco años. Si la herida es grave y posiblemente con infección tetánica debe recibir la dosis de refuerzo salvo que se le haya administrado en el transcurso de los últimos 12 meses.


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